jueves, 11 de octubre de 2012

Las criaturas de mi apartamento


¿Vive un gnomo en mi nevera? ¿Y un duende en la caldera? Las criaturitas por el día duermen, y en la noche se despiertan. En fin, dejando al margen esta rima burda y absolutamente innecesaria, volvamos al tema. El gnomo de mi nevera. El tío debe de ser un gnomo muy meticuloso y cuadriculado, lo digo porque todas las noches a la misma hora, exactamente la misma (y esto lo sé porque me cuesta dormir y miro el reloj cada dos minutos, aunque a mí me parezcan años) el gnomo de las narices se dedica a toquetear la resistencia y a picotear mi comida (o más bien mi bote de bicarbonato y mi medio limón reseco) metiendo un alboroto de mil demonios. Por suerte, al rato se cansa y se va a dormir, dejándome continuar con mi ilícita relación homosexual con Morfeo. Pero esto no puede continuar así, vamos, que por su culpa no duermo bien, me levanto con ojeras, y no puedo guardar nada en el frigo. Tendré que llamar a algún tipo de exterminador,  pero claro, ¿Qué les digo? ¿Qué tengo un gnomo? Lo mejor que podría pasarme es que colgaran el teléfono. Eso si no llaman a la policía, los bomberos o a los del manicomio y termino mis días en una celda acolchada. Así que nada, me tocará seguir conviviendo con este inquilino desagradable y maloliente. Y como se acaba de cansar, me voy a la piltra. Otro día os hablo del duende.

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