El cuadro de mi pared se ríe, se
ríe de lo patético que resulto. Se ríe en mi cara, ¡EN MI CARA! La miro y se
ríe, su sonrisa burlona me repugna. Sus dientes encierran destellos de risa que
me producen pánico. No, odio. Lo que siento es odio. Esa belleza no hace más
que mirarme y reírse, se ríe de mi vida, de todo lo que hago, se ríe cada vez
que fracaso. Mírenla ahí, riéndose de nuevo, no pienso permitirlo más.
Ayer traté de romper el cuadro, y
se volvió a reír, se rió porque sabía que parezco idiota, que me siento idiota.
No, no voy a dejar que se ría más de mí, se acabó. Yo no la veré, al menos. Si
ella no se va, me iré yo y, ¿quién se reirá entonces? ¿Eh? ¡YO! ¡YO ME REIRÉ!
No hay comentarios:
Publicar un comentario