Dado que ahora es, cómo no, el tema por excelencia en la
facultad de Traducción e Interpretación de la universidad que frecuento, en esta ciudad de cuyo nombre no quiero acordarme, me resultó casi vital
dedicar un rato a mi teclado para comentar las necedades que surgen cuando
necesitas ayuda de estos curiosos personajes que (entrecomillado triple)
trabajan aquí.
Si bien el título no concuerda exactamente con el tema, sí
tiene cierta relación, porque es ahora que necesito mover hilos y cuerdas para
conseguir papeles y firmas, cuando me he dado cuenta de que, desgraciadamente,
las chaquetas de guardias se quedan cortas para hacer comparaciones. Es cierto,
no obstante, que algunos de estos personajes tienen justificación, a saber,
tienen mucho trabajo, otras cosas que hacer, o bien no cobran por su
inestimable ayuda. A pesar de ello, no deja de haber otros; dejados
trabajadores de lo inocuo, atontados pasmarotes cuyo único propósito en la vida
es papar moscas, que cobran por un trabajo que deberían estar haciendo, pero
que, como todos sabemos, lo termina haciendo el interesado. Concretamente me
refiero a los servicios de administración en la famosa universidad (por
adjetivarla de alguna manera), que por no hacer, ni siquiera están cuando se
les necesita.
En fin, me quejo por quejarme, en realidad, porque no me
cuesta nada hacer yo mismo todo el papeleo relativo a mi Erasmus, pero no me
puedo quitar de la cabeza que estoy pagando a esas personas por mirarme
compasivamente y repetirme día tras día: “No, eso no lo podemos hacer aquí,
tendrás que apañártelas tú solo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario